Finalmente llegó el momento. Nos tocó por la fuerza, pero llegó. A partir del distanciamiento social recomendado, la forma de intercambio terminó por obligarnos a compensar situaciones de contacto personal con situaciones de contacto digital, para relacionarse, comunicarse y comercializar.
Los negocios que adopten plataformas y herramientas online que sirvan para ENCONTRARSE (reuniones en línea), COMPRAR (e-commerce) y APRENDER (e-learning) tienen una ventaja comparativa por sobre aquellos cuyo modelo de negocios está basado exclusivamente en la venta presencial.
Es interesante ver como por ejemplo el rubro gastronómico rápidamente reconvierte su modelo presencial “restaurant” a un modelo online “restaurant a domicilio” donde venden a través de la web los mismos platos en forma de viandas que se terminan de preparar en casa. O el lugar de tragos que ofrece sus especialidades en modalidad “take away”, una vez en casa… vaso… hielo y a disfrutar. O como las salas de juegos de escape ofrecen opciones online más económicas. Galerías de arte que se mueven en redes sociales y podrían llegar a convertir sus “Openings” en experiencias interactivas mediante encuentros en línea. Fábricas, PyMEs, que a través de su catálogo web pueden recibir y procesar pedidos online de sus productos. Profesionales que se dedican a dar charlas, cursos de formación o que entreguen valor creativo a otras empresas, puedan atender consultas en vivo online. Y la lista sigue…
Se nos mueve el piso y las oportunidades aparecen, están ahí. Es el momento de replantear y redirigir nuestros esfuerzos comerciales hacia el territorio de la “identidad digital”.
Planificar, posicionarse, reconvertirse.